lunes, 26 de mayo de 2008

No digas "programita".

Pasa el Gerente de Desarrollo y dice "Acabo de salir de una demo y le vendí al cliente [alguna funcionalidad que no tenemos], pero es sencillo. Hay que hacer un programita que..." y a mí se me pone la piel de gallina.

"La otra vez estaba navegando por internet y vi el sitio de un flaco que estaba muy bueno, húngaro creo, había hecho un modulito que..." y me imagino que el pobre húngaro se atragantaba con la cena.

En la oficina ya es costumbre: "...ya sé cómo resolverlo. Lo que podríamos hacer es un sistemita que..." y unas dos o tres voces lo interrumpen al unísono: "No digas sistemita". El disertante se ríe un poco, se corrige "bueh, un sistema que...".

Y es que usualmente después de "-ita" viene algo por el estilo:

  • "... que dibuje sobre un plano del edificio, que podríamos importar de autocad, la información que tenemos sobre los componentes de la red en la base de datos."
  • "... que te marque en el mapa el mejor recorrido para ir a cobrar las facturas, como hacen ahora los gps."
  • "... que te muestre con semáforos, o mejor con un panel como el del auto, el estado financiero de la empresa."
  • "... que vos tengas acá al lado del reloj, y lo tocás y se despliega con las tareas que tenés asignadas y vas eligiendo qué es lo que estás haciendo. Tiene que actualizarse automáticamente, porque no lo vamos a ir instalando en los 2000 puestos de trabajo."
  • "... que te muestre esto mismo, pero en tres dimensiones y uno lo va rotando para ver mejor los datos (este viene acompañado por un '¡pero si los datos ya los tenés!')."

No quiero parecer quejoso, pero a los contadores no les dicen "¿Me firmaste el balancecito?", y nunca escuché a un abogado decir "Es cuestión de presentar una demandita."

Algunas profesiones gozan de la ternura del público en general, entre ellas las relacionadas con sistemas. También la música (supongo que muchos músicos profesionales habrán escuchado "¿por qué no te componés un temita para el cumpleaños de...?"), las artes plásticas, el diseño ("¿Qué es ese montón de dibujitos?" -el diagrama del sistema de logística sobre el que trabajamos hace meses-), la arquitectura ("¡Ay! Qué lindo, ¿no me lo regalás?" -el boceto de las Petronas-), sólo por dar algunos ejemplos fáciles.

De todas maneras, que "la gente" diga "programita", "temita", "dibujito" es generalmente simpático. Lo grave es cuando lo decimos nosotros. Por alguna razón creemos que algo es fácil. Lo fácil es demostrar que nada es fácil (con una pequeña "demostracioncita"):

Supongamos un proyecto de sistema bastante acotado (los que se reconozcan en las frases anteriores que vayan prestando atención a la terminología alternativa), con pocos usuarios y cuya funcionalidad sea similar a la de otros sistemas que ya hemos desarrollado. Tenemos que:

  • Relevar, así sea imprimir un mail con la propuesta.
  • Preparar la documentación de diseño, así sea una hoja con un párrafo diciendo cómo lo vamos a hacer.
  • Después codificarlo.
  • Probarlo y depurarlo.
  • Preparar la instalación.
  • Probar la instalación.
  • Generar la documentación o ayuda para el usuario.
  • Versionar absolutamente todo lo anterior.

Y como todo sistema, generará feedback, que debemos por lo menos rechazar cortésmente (es todo un trabajo), o prometerlo para futuras actualizaciones (que no tenemos en mente) condicionadas por factores improbables (pero que no se note, es todo un arte).

Una pavada, realmente. De acuerdo a mi humilde mi experiencia (experiencita) cuando uno escucha "-ita" en boca de alguien de sistemas (usualmente algún analista funcional o líder de proyecto, que me disculpen pero creo sinceramente que es así) es que sueña con saltearse no uno sino varios de los pasos mencionados anteriormente.

Con lo cual, cuando al sistema acotado se le suma otro sistema acotado y otro y otro, todos ellos sin la documentación o las pruebas necesarias, con un versionado al estilo "copiar en tal carpeta", tenemos un gran sistema de m... (y encima seguro que al cliente le encanta, con lo cual ahora es nuestro producto estrella).

O cuando la simple funcionalidad se quiere incluir en otro sistema (tarea por la cual presupuestamos... media hora, a lo más) y al hacerlo se rompe todo, tenemos un día de m...

No tiremos basura al patio del vecino (solamente). ¿Cuántas veces sub-presupuestamos horas, minimizando la complejidad de nuestra propia tarea, para la cual hemos estudiado tanto? ¿O cuántas veces dejamos "eso que es fácil" para el final, sin pensarlo demasiado, y nos pusimos a buscar imágenes para los botones? ¿O simplemente lo dejamos para mañana, o pasado?

Bueh, el tema da para reírse y llorar bastante más. A ver quién se juega con algún comentario sarcástico. Hasta lueguito.

P.D.: casi olvido dedicarlo a mis sufridos "compañeritos" de trabajo: ¿hace cuánto que no se nos escapa un "-ita"?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Paraaa de escribir!!!!, esta buenisimo, te felicito.

Cerebrado dijo...

Estas enfermito.