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sábado, 21 de marzo de 2015

The Gervais Principle

Para aquellos a los que les gusta (o no pueden para de mirar) The Office y se ríen (o lloran) con Dilbert y están dispuestos a leer largo duro y parejo, y a pelearse con un inglés un poquito más difícil que la media:

The Gervais Principle, Or The Office According to “The Office”

Para tentarlos y de paso tenerlos a mano para cuando se necesite, dos botones de muestra:

hughMcLeodCompanyHierarchy compLifeCycle

Ojo que es más serio que lo que parece. Lo encontré leyendo el blog de Erik Dietrich, también recomendable para agregar al feed.

PD para cuando lean un poco de eso: yo me considero claramente un looser, y -creo- es fácil distinguir a los sociopaths (antes de que alcancen el nivel al que sólo ellos pueden llegar, si no pierde la gracia)... lo divertido es ponerse a discutir quiénes son los clueless. Tengan en cuenta que no todos son tan "puros" como Michael.

jueves, 15 de abril de 2010

Frases: Lo que sobra.

[…] como verás, arquitectura y diseño es lo que sobra... sobra porque todos somos arquitectos y diseñadores y hacemos lo que se nos da la gana, no hay directivas.

Un amigo”, hablando sobre esas cosas lindas que tienen los sistemas.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Frases: Liderazgo.

86283.strip.zoomLeadership is the art of trading imaginary things in the future for real things today”.

Dilbert es genial.

viernes, 19 de marzo de 2010

Jueguitos de Viernes: Home Sheep Home.

Home Sheep Home es un muy buen juego en el que tenemos que combinar las habilidades y propiedades de tres ovejas para ayudarlas a atravesar la pantalla.

home-sheep-home

Me hizo recordar bastante al Lost Vikings (que por cierto se pueden bajar en Abandonia).

Visto en Juegos Microsiervos.

jueves, 18 de marzo de 2010

Visibilidad.

Gran Proyecto (con mayúscula), muy “visible” para la gerencia de Megaempresa, vital para la subsistencia de NoTanGranPeroGranConsultoraOSoftwareFactory, y por tanto muy “visible” también para la gerencia de ésta última.

Desde nuestro punto de vista (de sistemas) no es más que otra aplicación de formularios que le pegan una y otra vez a una base de datos, más un sinfín de reportes que vienen a sacar lo que los formularios pusieron.

Otra gran, torpe, enmarañada, traicionera, e incansable generadora de un aburrido caudal de incidentes de fácil solución técnica, y que serían de fácil solución a secas si no fuera por el hecho de que más o menos la mitad de ellos contradice lo que indica la otra mitad.

Así que una horda de programadores armada con papel secante intenta contener ese río, resuelve uno y otro y alterna entre “A” y “no A” en un proceso que arroja tanta agua como recoge.

Hay otro caudal que lo alimenta, un caudal de programadores, analistas, managers y demás sacos de carne “recursos” que van pasando, pasando y pasando a ritmo creciente. Si no fuera por este otro caudal que aporta toda la energía desperdiciada en aquél ida y vuelta inútil el proceso descrito sería el santo grial del movimiento continuo.

Los gerentes, como esto es importante, están en contacto con “el equipo”, los conocen, interactúan con ellos más que con el resto. Es a esto a lo que se le llama “visibilidad” y que consiste en que, de vez en cuando, se abre un espacio en esos cielos y asciende alguno, (probablemente aquél con más habilidad para el alpinismo que para la programación) dejando al proyecto, que es realmente importante, en manos del resto que ahí queda, papel secante en mano (mientras el alpinista saluda desde lo alto).

Así es que, gracias a la “visibilidad” del proyecto los otros reman, reman y reman hasta que, hartos y sin esperanza, abandonan en busca de algún horizonte en donde sus entrenados brazos sean mejor recibidos. Aquellos en los que el entrenamiento no hace efecto y que por lo tanto carecen de otras expectativas (que los hay), esperan pacientemente su turno para el ascenso.

Unos y otros son reemplazados velozmente, así que eso que llamamos “equipo” (y que no es más que un fotograma de una película interminable) apenas puede acumular una muy vaga idea del negocio que el sistema viene a sostener, ya que el escaso conocimiento penosamente adquirido por prueba y error se va tan rápido como se acumula. Del negocio se sabe que es grande y millonario y que no es una verdulería ni un almacén de ramos generales, pero eso no alcanza para dividir las aguas y tomar la mitad de correcciones que corresponde para parar la rueda.

En fin… cualquiera que trabaje en sistemas un tiempo es expuesto a una de las más generosas fuentes de fina ironía que esta vida puede dar: el trabajo y, sobre todo, el trabajo en sistemas y, sobre todo, el trabajo “corporativo”. Si este tiempo es más o menos largo el sistémico, si sobrevive y lo sigue siendo (o mejor dicho, para sobrevivir y seguir siéndolo) habrá desarrollado un fino sentido de la ironía y del humor, o un cinismo a toda prueba, o todo eso junto. Por suerte algunos explotan genialmente esos efectos colaterales esas habilidades, y así tenemos a Dilbert (adivinen de dónde sacó Scott Adams la inspiración para sus personajes), o a Sinergia Sin Control, o al mayor repositorio de esfuerzo sin sentido y desperdicio de inteligencia jamás creado, TDWTF.

Porque lo más irónico de todo es que funciona y que buena parte de nosotros hemos vivido o viviremos de ello, y que es lo que termina financiando los juguetes (lenguajes, metodologías, herramientas, patrones, arquitectura) con los que nos entretenemos mientras, distraídamente, hacemos girar la rueda. En fin…

…que al mundo nada le importa
yira…
yira…

domingo, 14 de febrero de 2010

viernes, 29 de enero de 2010

Frases: Participación y compromiso.

¿Cuál es la diferencia entre participación y compromiso? Digamos que si el objetivo es preparar huevos con jamón la gallina participa, pero el cerdo está comprometido.

(me la recordó un reciente twit de @Yoriento)

jueves, 28 de enero de 2010

Frases: $.noop()

“$.noop returns the sound of one hand clapping.”

$.noop devuelve el sonido de una sola mano aplaudiendo.”

- Karl Swedberg comentando la documentación de $.noop() de jQuery.

Para los despistados: $.noop() es una función de jQuery que -como su nombre indica- no hace nada.

jueves, 7 de enero de 2010

Palabras del general sobre metodologías ágiles…

peron  ….útiles para convencer a los compañeros (nunca mejor utilizada la palabra) del equipo de desarrollo.

- Pongan el carro en movimiento que los melones se acomodan solos.

- La única verdad es la realidad.

- Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar.

- Gobernar es fácil, lo difícil es conducir.

- Para conducir un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo.

- La organización vence al tiempo.

- Es evidente que en todos los movimientos revolucionarios existen tres clases de enfoques: el de los apresurados, que creen que todo anda despacio, que no se hace nada porque no se rompen cosas ni se mata gente. El otro sector está formado por los retardados, esos que quieren que no se haga nada... Entre esos dos extremos perniciosos existe uno que es el equilibrio y que conforma la acción de una política, que es el arte de hacer lo posible...

miércoles, 6 de enero de 2010

Curiosidades en los lenguajes de programación.

A veces la lógica sobre la que se asienta un lenguaje de programación (cosa “estricta” –con comillas- si las hay) tiene algún extraño efecto colateral. Otras veces un mal momento (¿demasiado temprano por la mañana? ¿demasiado tarde por la noche? ¿resaca?) de aquél que debe dar una definición queda inmortalizado por las consecuencias de ésta.

Cuestión que en todo lenguaje hay ciertas curiosidades, puntos oscuros, cosas que no parecen todo lo claras, lógicas o esperables que deberían. Es el tipo de cosas que se han ido destapando en Stack Overflow bajo el título Strangest language feature con la consigna “What is, in your opinion, the most surprising, weird, strange or really "WTF" language feature you have encountered?”

Por ejemplo…

Javascript se lleva las palmas en la categoría "sutilezas tramposas":

return
{
    id : 1234,
    title : 'Tony the Pony'
};

//devuelve undefined, ya que el salto de línea luego del return implica
//(implícitamente) el final de la instrucción. Por eso esto sí funciona:

return {
    id : 1234,
    title : 'Tony the Pony'
};

//Y esto también (grrr....)

  return /*
*/{
    id : 1234,
    title : 'Tony the Pony'
  };

...su tabla de verdad tiene algunas cositas impresentables:

''        ==   '0'           //false
0         ==   ''            //true
0         ==   '0'           //true
false     ==   'false'       //false
false     ==   '0'           //true
false     ==   undefined     //false
false     ==   null          //false
null      ==   undefined     //true
" \t\r\n" ==   0             //true

Por otro lado, el integer cache en java es un buen ejemplo de esos extraños aunque esperables efectos colaterales:

Integer foo = 1000;
Integer bar = 1000;

foo <= bar; // true
foo >= bar; // true
foo == bar; // false

//pero si los valores de foo y bar están entre 127 y -128 (inclusive)
//el comportamiento cambia:

Integer foo = 42;
Integer bar = 42;

foo <= bar; // true
foo >= bar; // true
foo == bar; // true

Y no es la primera vez que escucho quejas (muy justificadas, según mi propio criterio) sobre el manejo de cadenas en php:

//uno pensaría que
"01a4" != "001a4"
//pero la realidad es que
"01e4" == "001e4"

Captaron la idea, me imagino. El resto en la entrada original de Stack Overflow.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Combinando teoría y práctica.

La teoría es cuando crees saber algo, pero no funciona. La práctica es cuando algo funciona, pero no sabes por qué. Los programadores combinan la teoría y la práctica: Nada funciona y no saben por qué.

– Anónimo (visto en Mundo Geek).

viernes, 18 de diciembre de 2009

Jueguitos de viernes

sub_header

Si remontaron el rastro del Breakdown del otro día ya han descubierto otros dos jueguitos convenientemente camuflados, Leadership y Cost Cutter. Para aquellos demasiado perezosos (u ocupados) como para seguir aquel link va esta actualización.

Leadership: Sí, esto de acá abajo es un juego de naves espaciales en el que tendremos que maniobrar peligrosamente entre las series de un gráfico de líneas.

leadership

Y este otro es Cost Cutter, en el que tenemos que evitar que las barras progresen hasta el final del gráfico destruyendo bloques de colores.

costcutter

Bueno, los dejo, realmente estoy muy ocupado ahora.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Reuniones técnicas…

…en las cuales el arquitecto explica a la audiencia la estructura del sistema en el que luego deben meter los dedos:

(gracias a Nicolás por apuntarlo)

jueves, 26 de noviembre de 2009

Programar es como…

… “escribir”, decía yo (y varios pensaban lo mismo). @programmingjoy rescató del blog de Ian Voyce una entrada en la que se recopilan otras analogías, como el clásico “programar es como tener sexo…

  • … un error y tendrás que mantenerlo el resto de tu vida”.
  • … podés divertirte un montón y que alguien más se haga cargo del lío (para aquellos que cambian de trabajo con frecuencia).
  • … tenés que pagar un montón para conseguir a alguien bueno en eso” (por favor no arruinemos un buen chiste discutiendo sobre la veracidad de esta analogía en particular).

Pero mejor sigan hacia la entrada original para encontrarse con el resto: Programming is like a bad analogy.

jueves, 22 de octubre de 2009

Plugimanía, plugiadicción, plugidependencia, pluginitis.

jQuery está buenísimo. Lo uso todos los días, lo dije una y otra vez, y no me cansaré de repetirlo.

Su mayor fortaleza, opino, no radica en su reducidísimo (como corresponde) core sino en la amplísima comunidad de desarrolladores que aportan, oficial o extraoficialmente, nuevas funcionalidades encapsuladas en forma plugins.

Yo imagino que, como en toda comunidad, se sigue la regla del 90-10: 10% aporta activamente y 90% utiliza las funcionalidades provistas “as is” o a lo sumo con un poco de manoseo. Entonces, si derivamos la cantidad de desarrolladores-usuarios a partir de la cantidad de desarrolladores-aportadores obtendremos… no sé, un montón de gente.

Los usuarios-desarrolladores son aquellos que encuentran en jQuery la forma de implementar en cinco minutos aquella funcionalidad que estaban buscando. Es decir que llegan a jQuery a partir de una necesidad concreta que usualmente satisfacen rápidamente para proseguir con su camino, habiendo sumado una herramienta más a su caja de experiencias y dispuestos a volver a utilizarla allí donde consideren que sea más apropiada que otras.

Luego tenemos a los plugimaníacos, aquellos quienes ya han utilizado intensivamente la herramienta y por ello buscan en jQuery el plugin mágico que resuelva algún nuevo problema. Son los que lo crean si es que no lo encuentran o mejoran uno ya existente si es que no cubre totalmente sus necesidades… o por simple y sana diversión. Es aquel 10% del que hablábamos.

Una porción menor de desarrolladores siente que tiene que hacer eso tan difícil en jQuery, que necesita hacerlo en jQuery. Desarrolladores que prefieren implementar un nuevo plugin aún ante la existencia de herramientas o soluciones más apropiadas para el requerimiento concreto en el que están trabajando.

Ahí donde una pequeña animación en flash o un applet de java o silverlight parezcan soluciones más razonables o naturales veremos a los adictos decir “eso puede hacerse con jQuery” y poner manos a la obra, prestos a demostrar sus (en general extraordinarias) habilidades y a defender el orgullo de su herramienta (¡hablamos de jQuery, malpensados!) ante las demás. Son, del 10% de aportantes activos, el 1% que lleva jQuery al límite y hacia nuevos horizontes.

Pero, dentro de estos últimos, otra minoría, los plugiadictos, no sólo se bandean para el lado de lo extremadamente complejo, sino que también lo hacen hacia lo extremadamente simple. Si son de buscar en el mundo jQuery se habrán encontrado con más de uno que ha creado algún plugin que encapsula la más trivial y estándar de las tareas o que ha utilizado una ferrari (del tipo jqGrid) para la más aburrida de las tablitas no paginadas.

Hasta aquí toda gente normal, simpática, o a lo sumo un tanto extravagante. Pero cuando avanzamos en la progresión exacerbando un tanto más estas conductas pasamos de castaño a oscuro y entramos en el terreno de las patologías. Citaré dos de ellas: la plugidependencia y la pluginitis. Es posible, como se verá, que un caso extremo de la primera desemboque en la segunda.

El plugidependiente no es (ni puede ser, se verá) un aportador al repositorio de jQuery. El plugidependiente, debido al uso y abuso de la herramienta (ya sea motivado por él mismo o por su entorno) ha olvidado (o nunca aprendido) que existen cosas llamadas HTML, Javascript o DOM.

Lo reconocemos por un clásico afán de probar que “eso no puede hacerse” mediante la búsqueda infructuosa de un plugin de jQuery que lo haga. En su mundo aquello que jQuery no pueda hacer no puede hacerse, y punto.

Otras características remarcables, en casos extremos, son el desconocimiento de HTML más allá de los tags más básicos (aquellos que sirven de soporte a plugins de jQuery, como DIV y TABLE) y recurrentes intentos de utilizar sintaxis de jQuery en otros contextos (Javascript, o más extremo aún: C#, Visual Basic o cualquier otro lenguaje). Intentos que suelen culminar con un asombrado “¿ah, eso es de jQuery?”.

En el extremo absoluto de esta patología el desarrollador desconoce jQuery como extensión y cree que $(“DIV”).each( function(){…} ) es la sintaxis propia de Javascript o parte de HTML.

Como sucede con todas las herramientas y cosas en general, el abuso vuelve nocivo aquello que en el uso es beneficioso. Llegamos a la pluginitis.

El primer síntoma es una página web que tiene un título y una tablita y tarda unos 5-10 segundos en descargar. ¿Qué sucede? Pues nada, que tiene referencias a jQuery, jQuery UI, jqModal (pero… ¿no hay algo parecido en jQuery UI?) y unas 10 o 20 referencias más a archivos .js externos sin minimizar que no se utilizan absolutamente para nada… tal vez la página ni siquiera tenga un script, sino que simplemente… bueno, pluginitis.

Otros síntomas son: un browser (que no es el IE) que se arrastra, puro contenido generado dinámicamente del lado del cliente, imposibilidad de seguir la generación de ese código o de averiguar siquiera cual de las 3 o 4 extensiones parecidas de las incluidas en la página es la que está dibujando ese contenido.

¿Cómo salir? El primer paso es reconocer el problema. El segundo buscar ayuda y el tercero es una dura combinación de sacrificio, paciencia y constancia.

De mi parte, espero que el pequeño esfuerzo de escribir este post se justifique por haber ayudado, aunque sea a un sólo plugidependiente o pluginoso, a abrirse a una nueva vida. Si ése es tu caso, agradeceré tu comentario.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Huerfanitos.

Permítaseme un poco de humor gris tirando a negro.

En todo emprendimiento que venga pariendo software desde algún tiempo podremos encontrar desarrollos en diferentes estadíos de su camino hacia la obsolesencia: los hay desde embrionarios hasta mantenidos con vida artificialmente, pasando por recién nacidos encantadores que prácticamente no hacen nada por sí mismos, infantes con terribles rabietas que reclaman noches en vela, adolescentes indomables pero llenos de energía y posibilidades, adultos productivos e independientes y ancianos, venerables fuentes de sabiduría o mañosos insoportables cuyos achaques reclaman constante atención.

Y los hay huerfanitos, de todas las edades. Ya sea debido a que sus progrenitores hayan pasado a mejor vida o huido en estampida cual vil Frankenstein o desentendido de su cuidado o sido asesinados (o ajusticiados merecidamente), son usualmente víctimas de la indiferencia de los miembros del equipo de desarrollo.

Proliferan –me imagino, no me van a pedir rigor científico justo ahora-, más en consultoras que en empresas dedicadas a un producto o que en software factories. Supongo que porque las segundas cuidan mucho a su único hijo (o a lo sumo a sus pocos hijos) y las últimas son padres espartanos e inmisericordes que no tienen reparos en arrojar al abismo a sus vástagos más débiles, en el mejor de los casos, o madres de alquiler que paren a pedido y si te he visto no me acuerdo.

Pero si definimos como consultora a un emprendimiento que no sólo desarrolla un producto sino que también se hace cargo de su mantenimiento correctivo y mejoras funcionales (que cobra religiosamente), nos encontramos con que en este tipo de organizaciones no es tan sencillo dejar atrás las consecuencias de viejos errores… institucionalmente hablando, claro, porque sus integrantes intentarán hacerlo a toda costa (o serán eventualmente obligados a ello), y de ahí la proliferación de estos huerfanitos.

No es mi intención ser cruel inútilmente, hablo desde la experiencia: son peligrosos, créanme. Carentes y muchas veces necesitados de atención, se nos pueden pegar como garrapatas. Es así como, a través de una inocente tarea de instalación, un pequeño fix o una mejora estética nos encontramos siendo referentes, tutores, encargados, o directamente padres sustitutos de alguna de estas criaturitas de las que conocemos poco y nada.

El entorno no propicia el despegue. Si les toca transitar esta situación verán con horror como, aliviados al ver que a otro se le ha adjudicado el trasto, sus otrora solidarios compañeros de equipos evitan el tema (“y sí, alguien tenía que hacerse cargo”) o intentan naturalizarlo (“che, vos estabas con aquello de… ¿no?”), si no es que literalmente huyen despavoridos. Y no tardarán en aparecer problemas de los cuales, obviamente, nadie sabe nada y nadie nada quiere saber, salvo que tenemos que hacernos cargo.

¿Solución? Es aquí donde con un poco de demagogia podría decir que la única definitiva es adoptarlo, encauzarlo, educarlo, corregirlo, domarlo si es necesario para resolver el problema de una buena vez por todas… pero también es una posibilidad buscar a algún desprevenido, dejarle la canastita cerca, tocarle el hombro, voltear y caminar rápidamente sin mirar atrás, silbando bajito con aires distraídos.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Si los videojuegos fuesen más realistas.

Carcked.com ha publicado esta entrada con 27 imágenes retocadas a partir de esa consigna. Lo que es seguro es que no serían tan divertidos…

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Visto en Punto Geek.