La idea de este post es comentar mi experiencia, no porque crea que sea importante o representativa, sino –como todo en este blog- simplemente porque me es divertido hacerlo y tal vez invite a la discusión o el comentario.
Me presenté como desarrollador senior en .Net (con acento en “plataformas web”) o analista funcional (soy un hermafrodita informático), y estoy aquí, en Buenos Aires, Argentina. Aclaro porque creo que ese mercado -si bien golpeado por la crisis- sigue estando muy activo, lo que desgraciadamente no es la norma.
Cuando empecé a coquetear con la idea de cambiar de trabajo comencé por actualizar mi CV en cuanta página encontré por allí. Éste es un consejo muy escuchado: circula tu CV por todos lados. La realidad es que aquí en Argentina el 90% (porcentaje al voleo) de las ofertas para el rubro de sistemas se publica en uno de los tres grandes sitios (UniversoBit, Computrabajo, Bumeran), y la mayoría en todos y ellos y en los diarios al mismo tiempo.
Hay ciertas consideraciones que hacer respecto de lo anterior:
- Si me preguntan, yo diría que ni comprar el diario ni matarse cargando el CV en otros sitios vale la pena, basta con los tres mencionados (que podrían tirar una moneda ¿eh? Este chivo fue gratis).
- Cuidado porque uno puede estar postulando para las consultoras A, B y C, que sacan sus anuncios por separado (con redacción diferente) pero que son en definitiva para el mismo puesto en la empresa Z. También puede suceder que se estén buscando varios puestos (típico de software factory o consultora grande) y que uno se postule, sin saberlo, a varios en la misma empresa o incluso en el mismo proyecto.
- De lo anterior surge que el seguimiento es importante para no perder el tiempo (transitar dos procesos de selección por el mismo puesto real). Yo no lo hice y se me complicó, y fui a entrevistas para puestos para los que ya me habían entrevistado. Hice sociales en las consultoras, eso sí, lo que es algo muy rescatable.
- Y –opuesto a casi toda opinión que se lee por allí- que también es importante tener un sólo CV, no varias versiones. ¿Por? Simple: porque puede que dos versiones diferentes lleguen a la misma instancia de selección por dos caminos independientes… y a mi me parece que queda feo que en uno diga “semi-senior” y en el otro “gurú”, por más que sean para puestos diferentes. En todo caso se puede complementar el CV con cartas ad-hoc para cada postulación, pero siempre, siempre, hay que tener en cuenta que diferentes versiones podrían pasar por los mismo ojos.
¿LinkedIn, redes sociales? Bueno, sí… aparecen un par de ofertas (yo tengo unos escasos 50 contactos), pero son las mismas que en los sitios mencionados. De todas maneras hay que estar, no cuesta nada y es cómodo tener el CV cargado allí. Por otro lado es seguro que alguien, en algún momento hará una búsqueda en google (es indispensable hacerla uno mismo antes, para evitar que te agarren desprevenido), así que si van a aparecer las fotos de la borrachera de la semana pasada entre los resultados por lo menos que no sea lo único, y si aparece bien abajo y no arriba de todo, un poco mejor.
Nota de esperanza para los que desesperan ante la aparición de algún material inconveniente en una búsqueda por nombre y apellido: la segunda página de resultados no la lee nadie. Mi consejo: te pones un blog y te haces algunas entradas (¡serias!) como para desplazar el material NSFW fuera de la primera página. ¿Quien sabe? Tal vez te pique el entusiasmo y te conviertas en blogger.
Nota de desesperanza: si te llamas Juan Perez o Pedro Fernandez disfrutas del verdadero y único anonimato en internet: puedes hacer lo que quieras, total nadie va a distinguirte entre miles de personas con el mismo nombre. Pero si quieres capitalizar tu “2.0” búscate un nick bien original (y que no sea del tipo “LaMasLargaYLaMasAncha”), y no creo que quede mal sugerir explícitamente esa búsqueda en el CV.
Sigamos… yo tenía (como todo el mundo, pero digamos que las hice explícitas), en principio, muy altas expectativas monetarias. Y eso se notó porque no llamaba nadie. Creo que la mejor técnica -si es que se puede practicar la paciencia- es empezar alto e ir bajando de a poco hasta que empiecen a darse los contactos. El nivel en el que empiecen a llamar (y no el que nosotros pretendamos) será nuestro valor de mercado. ¿Conforme? Pues adelante. ¿Inconforme? Pues no pierdas el tiempo y concéntrate en mejorar tu posición en la empresa en la que estás, que la realidad no cambia por postularse a 200 avisos por semana y la oportunidad que se da como la lotería, una-sola-vez-en-la-vida… no existe (bueno, sí existe… como también existe el ganador de la lotería).
El primer contacto es telefónico o por mail, usualmente en los dos o tres primeros días y aparece de vuelta –¿para qué quieren el CV?- el tema de la remuneración pretendida, el de los requisitos, y las expectativas. Hay que reconfirmar, sobre todo la remuneración.
No es mi intención calificar a los selectores profesionales, sólo apunto que es un dato real de mi experiencia que si uno es programador en C# y pide $10 al menos un selector llamará por un puesto de $2 y pretenderá que cuando conozcamos la empresa, el ambiente, el proyecto y las fantásticas oportunidades estaremos felices comiendo eso con cebolla cruda todos los días.
La parte de la tecnología lo entiendo, no tienen por qué ser expertos y me parece razonable para un ajeno a la programación el intuir –nosotros sí que sabemos poner nombres confusos a las cosas- que tal vez “C++” y “C#” no son tan diferentes uno del otro… también me parece razonable ofrecer +/- 10% de lo pretendido, pero ¿la mitad, el doble, el triple o la tercera parte…?
La otra posibilidad es que el selector declare que “la remuneración todavía no está del todo determinada” o alguna ambigüedad por el estilo. Seré prejuicioso pero eso me suena a proyecto raro, en pañales, a empresa poco seria o a “hacer base de datos” para aprovechar espacios de avisos ociosos y ya pactados (práctica que en un momento era común, ahora no sé).
¿Vale la pena ir a una entrevista en esas condiciones? Que cada uno decida.
Y luego el primer contacto cara a cara. De lo más inútil para uno como candidato. No esperen formarse una idea de la empresa, de la oferta, de los requerimientos técnicos, nada de eso. Es el primer e indispensable filtro grueso para que el selector corrobore que somos “por lo menos presentables” y se asegure de que la consultora o el departamento de RH no quede mal molestando al cliente o al jefe pactando un encuentro que resulta inconducente a los dos primeros minutos.
Las preguntas de siempre: ¿por qué estás buscando? ¿qué esperás de un nuevo empleo? Contáme algo de vos (esa la odio, es como que el selector no tiene ni ganas de pensar una pregunta decente) y, pasado cierto punto, las respuestas de siempre. Con la práctica ya tenía puesto el cassette (qué viejo que soy) y repetía lo mismo casi palabra por palabra. Acá valen los consejos sobre vestirse bien (por lo menos bañarse), dar un fuerte apretón de manos (o no, es un tema controversial), mirar a los ojos (o no, gran debate)…
Un detalle curioso que me sorprendió es la nueva moda (lo hacen casi todos) de comenzar o terminar la entrevista con un muy marketinero “te cuento algo sobre nosotros: Los Superselectores es una consultora que se enfoca en…” El problema es que el discursito es usualmente vomitado en una forma tan, pero tan McDonald’s que el efecto es de despersonalización total, una especie de molesto recordatorio de que “ya vi a mil y un postulantes para mil y un puestos y dije esto mil y una veces y dentro de 10 minutos no voy a poder reconocerte aunque nos crucemos en un pasillo”.
Lo que hay que entender, en definitiva, es que podemos ser verdaderos genios con los algoritmos… pero que la persona que tenemos en frente no tiene idea de lo que es un algoritmo y no podría distinguir a un ingeniero de un programador junior si no fuera por lo que dice el CV… y la imagen que da esa persona. Que es difícil para un junior simular ser ingeniero estamos todos de acuerdo, pero no es tan difícil para un ingeniero quedar fuera de lugar como un pelo**** soltando un discurso desubicado, poco serio o demasiado técnico cuando no corresponde. Así que a cuidar las formas, que aquí es lo que vale.
Esta entrevista termina, inevitablemente, con el “en estos días te avisamos por sí o por no”. Las formas siempre muy cuidadas… pero salvo contadísimas excepciones (sólo recuerdo uno o dos mails) olvídense de que alguien les va a avisar de que no superaron esta instancia. No importa qué tan seri@ o simpátic@ resulte el selector@, sólo llamará al momento de pactar una segunda entrevista.
El tan recomendado seguimiento de llamar uno para “ver cómo va”, por otro lado, me parece completamente inútil: más fácil y realista es no esperar una respuesta, seguir con la búsqueda, no hacerse la cabeza, no dejar de postularse a otras ofertas, y si llaman bien… y si no también. Esto vale, en realidad, para cualquier instancia. Ahora, si lo vemos al revés, es un lindo detalle que no cuesta nada avisar a todos los “pendientes” que nos “bajamos” de la búsqueda ya que aceptamos una de las ofertas. Puede que ese mail, rescatado dentro de un par de años, deje una buena imagen.
Ya la segunda instancia es algo a lo que uno debería ir más seriamente preparado. Aquí quién es ingeniero o licenciado se nota. Y se nota quién es de verdad y quién tiene sólo el título, no importa el CV de cada uno.
Es una instancia de evaluación mutua, así que hay que pensar un poco qué preguntar y estar atento a los detalles. Probablemente sea en la cocina, en el lugar de trabajo real y no en una sala de reuniones estándar y despersonalizada. Es la oportunidad (tal vez la única) de percibir a la gente, su actitud… “el ambiente”, en definitiva. Puede que conozcamos a nuestro probable superior, y en este caso yo diría que es importante abrirse y ser natural y sincero. Si algo en su forma de ser o actuar (o en la nuestra) “choca” lo soportaremos todos los santos días, y seguramente no por mucho tiempo.
Y que no sorprenda, sobre todo en empresas grandes, entrevistas intermedias exactamente iguales a (un verdadero calco de) la primera. En tal caso, agua(ntarse) y ajo(derse) y esperar pacientemente la próxima, si es que se da.
En la mayoría de los procesos en los que participé (y fueron por lo menos 15) la segunda entrevista fue la más jugosa, en la que se habló de trabajo real y cotidiano con una o varias personas que realmente estaban en el día a día. En algunos casos (tal el que finalmente se concretó) hubieron más entrevistas, pero me parecieron un poco más… “políticas”, con gerentes o jefes de más alto nivel que simplemente quieren (muy razonablemente, para mí es un punto a favor) conocer y ser conocidos por todos los que de él dependen aunque no sea directamente, o con consultores u otros que desempeñan la misma tarea que nos correspondería y que evalúan cuestiones puramente técnicas (otro punto a favor, por lo menos sabremos qué nivel tendrán como base nuestros compañeros de equipo).
Y luego, si tenemos suerte, una oferta real y concreta. Lo único que se me ocurre recalcar de esta instancia es que me parece de mal gusto ponerse a negociar, por aquello de lo que me quejaba más arriba: ninguna de las dos partes puede mover el salario fuera de ciertos márgenes conocidos desde un principio, por lo que es un ahorro mutuo de tiempo y una nota de seriedad dejar eso en claro desde el vamos y no volver a regatear luego de haber comprometido el tiempo de varias personas durante un par de semanas. De todas maneras reconozco que hay personas que lo hacen con una sutileza digna de un cirujano y nunca quedan mal. Yo en eso soy un elefante en un bazar así que mejor ni lo intento.
Eso es todo. Si tengo que resumirlo en una palabra, ésta sería perseverancia. A comentar, que se acaba el mundo.
1 comentario:
Buenisimo el post muy informativo y util para mi que estoy arrancando en esto de la busquedas.
Saludos y gracias
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