jueves, 19 de febrero de 2009

Frankenstein, el líder de proyecto (X).

ATENCIÓN: ¡No sigas si no has leído la novena parte! Y si no has leído nada empieza por el principio.


[Resumen: Las correcciones al módulo de pago a proveedores se atrasan debido al excesivo celo de “Jaime” (tal el apodo dado a la criatura de Frankenstein por el analista a cargo) por la burocracia y al detallismo con el que se apega a las especificaciones. El analista a cargo de las pruebas, preocupado por lo absurdo de la situación, intenta una charla con Frankenstein en la que éste le transfiere la responsabilidad de los retrasos y se muestra inflexible. Trabaja al límite de sus fuerzas para seguir el ritmo del programador, que trabaja día y noche y parece incansable.]

Finalmente llegó el momento en el que todos los módulos estuvieron listos salvo el de pago a proveedores, que seguía rebotando continuamente entre correcciones y pruebas.

Los clientes presionaban. Frankenstein llamó al analista.

-Hago lo que puedo, tal vez deberías hablar con el coso ése –ya no ocultaba su desprecio por el programador, al que consideraba “un autista subnormal con una gran capacidad para romper teclados”.

Frankenstein decidió hablar directamente con el programador. Insertó una reunión en su lista de tareas.

-Tenemos que instalar la semana que viene, y el módulo de pago a proveedores está retrasado. Sé que no es tu culpa pero tenemos que hacer algo.

-… –Frankenstein se dio cuenta de que estaba hablando solo. A la criatura no le afectaría ese tipo de presión… ni ningún otro tipo de presión.

-¿Qué podemos hacer para terminar a tiempo?

-No sé –la respuesta fue, como siempre, tajante.

-Voy a asignarte una tarea. Quiero que el módulo funcione para la semana que viene, ¿ok?

-El módulo ya funciona –dijo secamente la criatura.

-Mmm… dejáme ponerlo en otras palabras: no quiero ver más errores… cada pantalla debe arrojar el resultado previsto para el conjunto de pruebas indicado… éstas son tus únicas prioridades ahora. ¿Podés hacer eso?

-Sí.

-¿Para cuándo podés tenerlo listo?

-Mañana a la mañana.

-Perfecto.

Frankenstein observó con sincero cariño el paso decidido del programador, la firmeza de su mirada, su concentración absoluta. “Es demasiado bueno para este equipo –pensó-. No saben comunicarse con él, ése es el problema. Con especificar las prioridades claramente es suficiente.”

Frankenstein llamó al líder técnico, responsable directo del equipo de programadores.

-Quiero que ayudes a… al chico nuevo con el módulo. Las especificaciones no son buenas y eso está generando retrasos. Quiero que tomes los incidentes pendientes y los revises personalmente. Corregí lo que indiquen y también lo que surja implícitamente de ello: errores en las especificaciones, incongruencias, inconsistencias funcionales, lo que sea. Tenés carta blanca para resolver cualquier tema de acuerdo a tu criterio.

Te lo dije –pensó el líder, mordiéndose la lengua para no decirlo en voz alta-. Asignarle toda la responsabilidad de un módulo completo a un recién llegado… espero que sea tan bueno como sus recomendaciones.”

El nuevo le daba escalofríos. Luego de un par de vanos intentos de socializar había optado por alejarse de él, dedicándole de vez en cuando una mirada cargada de desconfianza… ¿por qué escribía tanto? Pero nunca se decidió a revisar su trabajo.

Esto se me fue de las manos, es mi culpa. No debería estar preguntándome estas cosas a esta altura… tendría que haber revisado el código… espero que esté bien… debe estar bien… por algo Frankenstein le tiene tanta confianza.”

Había pasado una hora del horario oficial de salida. En la oficina sólo quedaban el analista a cargo de las pruebas del módulo y el programador en cuestión. Se acercó al primero, tal vez sólo por alejarse del segundo.

-Hola. ¿Trabajando hasta tarde? Quería preguntarte por el módulo de pago a…

-No quiero hablar de eso.

-Frankenstein me pidió que me haga cargo de los incidentes. ¿Por qué no nos juntamos mañana y me hacés un resumen informal, para ver por dónde empezamos?

El analista –que había respondido de espaldas, sin siquiera desviar los ojos de la pantalla o dejar de tipiar- permaneció inmóvil un par de segundos… y se dio vuelta lentamente.

El líder retrocedió un par de pasos, sobresaltado. El analista estaba demacrado, excesivamente flaco, pálido, gris. Los ojos, inyectados de sangre, estaban rodeados por enormes ojeras de color violeta profundo. Estaba desarreglado, despeinado, sucio. Le temblaban las manos y los labios.

-¿Vas a hacerte cargo?

Se abrazó, llorando, a la cintura del líder, que permanecía de pie, sin saber cómo reaccionar.

-Creo que mejor te tomás unos días… de todas maneras hay suficiente como para que empiece por mi cuenta… sí, creo que te hace falta. Nos vemos el lunes ¿ok? No te preocupes, yo me hago cargo.

-Gracias… gracias… –continuó repitiendo el analista mientras tomaba sus cosas y salía. El líder tomó las suyas, dispuesto a irse también.

-¿Te falta mucho? –le dijo de pasada al programador, que continuaba en su puesto.

-Sí.

-Ya no queda nadie. Apagá cuando te vayas.

…continuará. Actualización: capítulo XI

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me tiene mas intrigado que LOST!!!

Anónimo dijo...

para cuando la continuacion? que paso con "jaime"....que paso con el proyecto.... que paso con Franki?????

AcP dijo...

¿La continuación? Ah, a partir de ahora es Premium ¿me olvidé de avisar? Por una modesta suscripción ud. tiene acceso a...

Ahora en serio, ya va, ya va, nos acercamos al final de temporada.