viernes, 26 de septiembre de 2008

Un cuento para el fin de semana.

Allá lejos y hace tiempo, en primer año de la secundaria (creo), tuvimos que escribir un cuento para la clase de literatura. En esa época yo escribía bastante, así que afiné alguno de los que ya tenía escrito.

Como no existía ni web ni Google, mucho de ese material se me ha terminado perdiendo (no me da lástima, realmente). Pero éste, por H o por B, terminó encerrado en un cajón de mi escritorio y acaba de ver la luz debido a un repentino ataque de orden. Es la fotocopia del que presenté en aquella oportunidad, escrito a máquina (¡ja!)... toda una obsolescencia. No es taaan off topic de este blog, que de cualquier manera hacer tiempo que perdió el rumbo. Aquí va.


Inutilizado

X se levanta, mejor dicho, la mitad mecánica de X hace que se levante, la otra mitad, su cerebro biológico, todavía disfruta de los placeres del sueño.

Uno se viste mientras el otro duerme, uno desayuna mientras el otro recién se despereza, uno sale a la calle y comienza a caminar.

El aire frío de la mañana termina de despertar al otro, observa su reloj y la calle desierta, se mira los pies. Caminan sin que él intervenga.

Recuerda... recuerda aquellas películas, proyecciones mentales sobre un mundo ruidoso, en donde los medios de transporte invadían todo con sus extraños ruidos... Mundos en donde la gente constantemente emitía ruidos para comunicarse. Bueno, ahora también, sólo que con menor frecuencia. No hay autos. No hay voces. No hay ruido. X se alegra de vivir en esta época.

Mientras, sus pies lo han llevado a la oficina, entra a su despacho y ve en la computadora la lista de tareas del día. Después de ordenar su ejecución en su bio-chip se conecta a una videoteca y elige sus proyecciones favoritas y...

Como todo el mundo X posee sólo una de las 25 millones de terminales de bio-chp en el planeta. Implantado en la parte central del hipotálamo y, una vez programado, es capaz de organizar todas las tareas que un ser humano debe realizar en un día, dejando al cerebro biológico libre para dedicarse al sueño programado, a visualizar encuentros deportivos, a charlar mentalmente con un amigo o ir de la misma manera a una fiesta en uno de los tantos centros de programación especial. Todo esto contando con la ventaja de la comunicación telepática directa, tarjeta de crédito implantada, etc. Como un cerebro suplente que nos dirige cuando nosotros mismos no tenemos tiempo o ganas de hacerlo.

Todos los días transcurren exactamente igual para X y para los 25 millones restantes. Al levantarse, siempre con la misma sábana, el mismo día de la semana, siempre con el mismo pie... los 25 millones al mismo tiempo. Al desayunar, siempre la misma taza, el mismo café, el mismo sabor... los 25 millones al mismo tiempo. Ya las diferencias no existen. El chip actúa exactamente igual todos los días, repitiendo la misma tarea hasta la muerte. Ya nadie es realmente distinto.

El cerebro ha logrado desarrollarse más a causa del tiempo libre sólo en algunos casos: los científicos. La gente común duerme y se divierte, ni siquiera estudia... "¿Para qué? Allí arriba tenemos la computadora que nos hace el trabajo, utilizándonos...". Así piensa el mundo.

X es lo que uno llamaría un psiquiatra, mejor dicho, el chip de X está programado para ser lo que uno llamaría un psiquiatra. Sin embargo, X es diferente. El atiende a sus pacientes, no se distrae en una charla con alguien distante dejando que su chip haga su trabajo. "Contacto personal", lo llama.

3/10/3014

Aquel día, al igual que los demás, X se hallaba atendiendo a una tal Z. Pero algo pasó. Su jefe, Y, lo llamó mentalmente.

-Sabe que yo atiendo personalmente. Estoy ocupado.

-Esto es especial, debe venir -cortó. parecía preocupado.

Miles de disculpas emanaron de su cerebro por retirarse antes de lo previsto. Tomó control de sus miembros y se dirigió él mismo al despacho de su jefe. Sentado en la mesa se hallaba Y y detrás de ella un sujeto al que X no había visto nunca. Ni siquiera lo saludó.

-¿Qué tiene? -preguntó X.

-Se desconectó. No tiene implante. ¿Entiende? No puede escucharnos, no puede hablar a menos que emita sonidos, no....

X se sobresaltó. En su vida había visto a alguien sin implante. Es más, suponía que no existía nadie en esas condiciones. hasta ahora.

-Supongo que tendremos que hablar verbalmente -dijo en voz alta el hombre. X e Y lo miraron boquiabiertos. X trató de disimular su estupefacción. Y se retiró.

-Bien, comencemos -la voz de X salió ronca. Tosió. Hacía tiempo que no hablaba.

-Seguramente se pregunta cómo llegué a prescindir del implante. Antes que nada debe saber que soy científico. Estudio el cerebro human. El verdadero.

He descubierto que, si no dejamos de usar implante, nuestro cerebro se atrofiará, quedará... inutilizado. La gente común lo usa cada vez menos. Algunos ya no recuerdan que pueden hablar verbalmente. Otros no lo han hecho durante años. Si esto sigue, la comunicación telepática desplazará totalmente a la otra y, paulatinamente, se nos atrofiará el habla.

Por otro lado, la gente controla cada vez menos sus miembros. Imagínese qué pasaría si el cerebro perdiera el control directo. El chip tendría que ocuparse de todo y autoprogramarse.

Sucesivamente perderemos nuestro control y terminaremos como robots. Sólo podremos pensar, sin posibilidad de ejecutar nuestros deseos. Nuestro cuerpo se convertirá en la prisión de nuestro cerebro.

X escuchaba atentamente y anotaba. Era sólo un loco más. Un inadaptado que buscaba excusas para ocultar su miedo. Ha tenido bastantes de éstos en su carrera. El hospital se encargará de él. Sólo hace falta un pequeño ajuste.

7/9/3064

Es una mañana fría, X trata de recuperar el control de sus miembros pero no puede. Trata de llamar a alguien mentalmente pero no puede. Su cuerpo bebe café pero él ya no lo siente. Sale a la calle, ve a la gente que como él ya no controla su propio cuerpo....

Cuando ellos mueran, sus chips harán funcionar su cuerpo y serán robots en todo sentido. Caminarán de aquí para allá, trabajarán, vivirán normalmente... Se convertirán en una sociedad-maqueta que fue humana y que nunca volverá a ser...

X recuerda vagamente... aquel día... un paciente... desconectado.


Resistí la tentación de corregirlo, al fin y al cabo nunca será una gran obra de arte, pero me cayó simpático en la relectura. Espero que a ustedes también.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó che. Podrías dedicarte a ésto, que se vé que te sale mejor :P

AcP dijo...

A un ritmo de publicación de un cuento más o menos decente cada 17 años... no creo que me haga millonario.

AcP dijo...

¡Uy! 17 años... qué viejazo.

Anónimo dijo...

¡Muy bueno, Andrés!
Clap, clap, clap.