La primera opción es enfrentar el problema, como buen desarrollador (ver ésta imagen). Pero cuando por algún motivo no queremos o no podemos hacerlo, tomamos lo que venga más a mano: abajo del escritorio, en el baño, a casa por enfermedad, licencia o muerte de un familiar lejano, en la oficina de al lado, la cafetería, esquivando al jefe...
El anteúltimo recurso sería hacer un hoyo en la tierra y meter la cabeza como el avestruz...
...pero es posible que el suelo no sea propicio para tal actividad. ¿Entonces? Y bueh, siempre hay un agujero a mano:
La imagen fue vista en Presión Blogosférica (aunque la entrada no tiene nada que ver).
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