viernes, 23 de enero de 2009

Frankenstein, el líder de proyecto (II).

ATENCIÓN: ¡No sigas si no has leído la primera parte!


[Resumen: Frankenstein tiene una revelación sobre los problemas en el resultado de sus proyectos. “El problema es las personas”, se dijo, y cayó rendido.]

No fue él mismo en esos días. En la oficina notaron el cambio pero nadie dijo nada. “Será la presión, algún problema”. Huraño y de mal humor, de vez en cuando emergía desde las profundidades de su planilla y recorría atropelladamente los pasillos, entrando a las oficinas de forma intempestiva para disecar a cada integrante del equipo con una mirada llena de recelo, dar media vuelta y salir.

Las personas, las personas… el problema… las personas”. Murmuraba constantemente.

Alguien -no un amigo pero sí un buen compañero- pensó que sería mejor distraerlo un poco. Sabedor de la renuencia de Frankenstein a todo lo que pudiera ser una pérdida de tiempo –todo menos trabajar y lo básico para vivir (es decir, para trabajar)- lo invitó con cualquier excusa, y de alguna manera logró sentarlo a ver una película, Matrix.

Frankenstein se acomodaba y reacomodaba, sintiéndose inútil y ansioso, pero prestaba atención. Hasta que Neo tomó su bendita pastilla y se despertó en la matrix. “Tengo que irme”, dijo y se fue sin más.

Entendió. La revelación estaba ahora completa.

Al otro día, al entrar en la oficina, se sintió envuelto en una atmósfera… no encontraba la palabra… ¿rara, gris, transparente, difusa? “Siniestra”, murmuró para sí. Nunca había utilizado esa palabra, y no creía conocer su significado, más allá de saber que era algo “malo”. Preguntó al aire “¿qué es siniestro?”. Uno de los programadores, sin levantar la vista de la pantalla, respondió: “cuando lo cotidiano se vuelve extraño”.

Sí, la revelación estaba completa. El problema es las personas.

Esa noche volvió a la oficina. Instaló un cliente silencioso de escritorio remoto en todas las máquinas, puso sniffers por toda la red, redirigió una copia de todo el correo a su máquina y se fue.

Por una semana todo volvió a ser como era. Estaba contento, descansado y de buen humor. “Lo de la película no funcionó, pero por lo menos los problemas pasaron”, se dijo aquel buen compañero de trabajo.

…continuará. Actualización: capítulo III.

2 comentarios:

Senior Manager dijo...

Humm!! curiosa entrada, has captado mi atención, ¿se trata acaso de un caso de la vida real?
SM

AcP dijo...

Mutis por el foro...